El espíritu de la
canción está imbuido de la filosofía hinduista del Karma, la ley de causa y
efecto, aunque en una visión particular del autor, muy determinista, del
funcionamiento del universo. Mientras la ley del Karma explica (en general) que
cada uno recibe el resultado de sus acciones, Drexler plantea un aspecto más
dinámico, al afirmar que también "se da lo que se recibe"... Esta
afirmación además es anterior en el texto, por lo que el elemento originario de
ese determinismo es el recibir, recordando a aquellas "confesiones de
invierno" de Charly García con su "Dios es empleado en un mostrador,
da para recibir", aunque sin el contenido religioso que le da el
compositor argentino.
Reproducimos esos
versos para su cotejo:
"Cada uno da
lo que recibe
y luego recibe lo
que da”
Aunque el texto
es poético y no explicativo, la afirmación parece en un principio marcada por
ese carácter ineludible al que hacíamos referencia, aun cuando había sido
matizada en las estrofas anteriores. A manera de reflexión posterior podríamos
entonces preguntarnos acerca de la posibilidad del ser humano de salir de esa
cadena de sucesos: ¿somos libres de dar más de lo que recibimos, o de corregir
las consecuencias de nuestras acciones?, ¿de que sirve tomar una decisión, si
el funcionamiento del universo está pautado de una forma tan mecánica?
Drexler liga
luego esa ley con la de la transformación de la energía, enunciada por
Lavoisier y que marcara un hito en la investigación científica:
“nada es más
simple,
no hay otra
norma:
nada se pierde,
todo se
transforma”
Con esto le da un
sentido más "materialista" a su afirmación, probablemente derivado de
su formación académica. Este enunciado complementa al otro, dando una idea del
concepto general: no hay acción por mínima que parezca que se pierda, sino que
una cosa es derivada de la otra, con el ser humano recibiendo, para luego
dar...
Drexler afirma
que "nada es más simple" y lo hace como una generalización, pero antes
se ocupa de explicar las complejidades del proceso en una forma poética,
inteligente y graciosa. En un primer momento, el ser humano parece ser parte de
un engranaje en el que objetos inanimados se entremezclan con actitudes y
emociones, pero luego Drexler profundiza en los sentimientos humanos, llegando
a aspectos sutiles y hasta "paranormales", como cuando afirma:
"supe que de
algún lejano
rincón de otra
galaxia,
el amor que me
darías,
transformado,
volvería
un día a darte
las gracias"
El amor como
sentimiento intangible entra en esa "cadena de sucesos" y Drexler
apunta a la posibilidad de "saber" (o intuir, tal vez) que en el
universo el amor es una fuerza capaz de proyectarse hacia sus orígenes. Es
interesante apuntar que para dar las gracias se precisa una consciencia generadora, por lo que en forma indirecta Drexler nos sugiere una inteligencia
universal, existente por tanto en otras galaxias...
En los siguientes
versos se describe el ciclo material y energético que se produce en la
experiencia de vida, desde el vino comprado hasta el vino que cae sobre su
zapato, pasando por el euro, el tren y la fábrica de calzados.
En la estrofa
final Drexler expone una experiencia sensual, ligándola con el amor emocional e
integrando a los seres humanos en un colectivo de relaciones que no escapa a la
ciclicidad de la ley, un broche interesante para una canción que invita a
comprender el funcionamiento del mundo y de la vida.
Todo se tranforma - Jorge Drexler
Tu beso se hizo calor,
luego el calor, movimiento,
luego gota de sudor
que se hizo vapor, luego viento
que en un rincón de La Rioja
movió el aspa de un molino
mientras se pisaba el vino
que bebió tu boca roja.
Tu boca roja en la mía,
la copa que gira en mi mano,
y mientras el vino caía
supe que de algún lejano
rincón de otra galaxia,
el amor que me darías,
transformado, volvería
un día a darte las gracias.
Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
El vino que pagué yo,
con aquel euro italiano
que había estado en un vagón
antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino,
y antes de Torino, en Prato,
donde hicieron mi zapato
sobre el que caería el vino.
Zapato que en unas horas
buscaré bajo tu cama
con las luces de la aurora,
junto a tus sandalias planas
que compraste aquella vez
en Salvador de Bahía,
donde a otro diste el amor
que hoy yo te devolvería......
Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
Todo se tranforma - Jorge Drexler
Tu beso se hizo calor,
luego el calor, movimiento,
luego gota de sudor
que se hizo vapor, luego viento
que en un rincón de La Rioja
movió el aspa de un molino
mientras se pisaba el vino
que bebió tu boca roja.
Tu boca roja en la mía,
la copa que gira en mi mano,
y mientras el vino caía
supe que de algún lejano
rincón de otra galaxia,
el amor que me darías,
transformado, volvería
un día a darte las gracias.
Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
El vino que pagué yo,
con aquel euro italiano
que había estado en un vagón
antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino,
y antes de Torino, en Prato,
donde hicieron mi zapato
sobre el que caería el vino.
Zapato que en unas horas
buscaré bajo tu cama
con las luces de la aurora,
junto a tus sandalias planas
que compraste aquella vez
en Salvador de Bahía,
donde a otro diste el amor
que hoy yo te devolvería......
Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
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